
El jugador de la selección nacional y de FAS ha emprendido desde hace un año un proyecto de crianza de cerdos de raza en una pequeña granja en Santiago Texacuangos, en Joya Grande. De la cancha, el jugador va y cuida su inversión con una pala en mano, agua, escobas y alimento para sus animales.
Al llegar de su entreno solo descansa algunos minutos y luego se dirige a la granja, ubicada a un kilómetro de su casa, donde tiene una porqueriza. Ahí se encuentran una cerda recién parida con 12 crías; otra que está por parir y una tercera que aún se prepara para la maternidad. Se trata del mediocampista de FAS y de la selección nacional, Bryan Landaverde, quien desde hace un año ha emprendido en el sector de la crianza de cerdos de raza.
Landaverde heredó el proyecto de su abuelo, Rafael, de 70 años, quien durante varios años dedicó a la crianza de porcinos y ahora que ha decido descansar un poco para dedicarse a ocupaciones de la iglesia a la que asiste. Don Rafael vio en su nieto el candidato perfecto para tomar las riendas de la empresa de crianza de cerdos.
"Le digo que el fútbol es pasajero, solo con algunos años, y luego la vida sigue", explica don Rafael sobre Bryan. Aprovechando que vive en el cantón Joya Grande, de Santiago Texacuango, un lugar donde no hay mucha población, Bryan ha dispuesto de un área cercana a la casa de su abuelo Rafael para desarrollar la granja.
Una camiseta, una calzoneta y una botas de hule son suficientes para ir a ver a los cerdos, tanto a los adultos, como a los 12 pequeños que al verlo llegar se abalanzan sobre él, de quien saben recibirán alimento. Separados de su madre, de unas 300 libras de peso, los pequeños se le acercan esperando su turno para amamantarse con ayuda de una pacha especial para ellos. Si bien la leche de la madre es la mejor, la otra es un suplemento que lleva vitaminas, minerales y una variedad de componentes que ayudan a que los cerdos crezcan más rápido y ganen más peso.
En 2020, durante lo más duro de la pandemia del covid-19, Landaverde se dedicó al cultivo de maíz, frijol y de hortalizas para tener insumos para el consumo de su familia, y también para vender. Esa vez trabajó a la par del Eder Renderos, quien es su tío y quien por largos años ha jugado en la posición de defensa en equipos de liga mayor y en segunda división.
Un año después de ese proyecto de agricultura comenzó a trabajar con los cerdos. Dice que si bien no ha estudiado agronomía, los conocimientos de su abuelo más la asesoría de algunos profesionales de agronomía y otros amigos que trabajan con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) le han permitido llevar adelante su emprendimiento.
"Estos animales son delicados, hay que saber cuidarlos, alimentarlos bien, tener aseado el lugar donde están y darles mucha agua, también bañarlos y cuidarlos de las enfermedades", comentó el centrocampista de FAS.
Nacido en Ilopango, el 27 de mayo de 1995, el jugador se formó en las escuela de la Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA), y luego comenzó a jugar de forma profesional en equipos como la Universidad de El Salvador (UES), Chalatenango, Juventud Independiente, Luis Ángel Firpo, Águila y ahora en el FAS.
En noviembre del año pasado, "Chinchulín", como es apodado el jugador, fue convocado por el actual entrenador de la selección nacional, Hugo Pérez, para volver a vestir la camiseta azul y blanco de la selección nacional. Fue para el partido amistoso contra Bolivia, en el estadio Audi Fiel de Washington, Estados Unidos, que Landaverde regresó a la Selecta.
Al consultarle sobre si piensa retomar la siembra de granos y hortalizas, explica que, por el momento. El problema en este momento, dice, es el tiempo. "No me queda tiempo, tengo que viajar a los entrenos, y luego jugar, después venir a ver a los cerdos", agregó.
Son 76.3 kilómetros de ida y la misma cantidad de retorno los que Landaverde debe recorrer desde Santiago Texacuangos hasta Santa Ana todos los días que hay entrenos o cuando FAS juega en condición de local. A eso se refiere el mediocampista cuando habla de "tiempo", a la vez que es un hombre casado y con familia.
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