
Escena. Delincuentes ingresaron al templo y dañaron la caja donde se resguardaban las copas.
El viernes por la mañana, los feligreses de la iglesia católica del cantón El Pacún, de Tecoluca, en San Vicente, se sorprendieron al ver la sacristía abierta. Delincuentes quitaron los vidrios de una ventana tipo solaires, ingresaron sin mayor esfuerzo, según narran dos miembros de la iglesia, y hurtaron dos copas para consagrar las hostias y una patena (plato pequeño donde el sacerdote pone las hostias).
El templo está ubicado en un lugar rústico, cuyos límites del terreno están resguardados por unos mojones de madera, delimitados con alambre de púas.
"La iglesia queda sola en la noche, alrededor de la iglesia encontramos huellas de zapatos y otras en las ventanas; forzaron la caja de madera donde se resguarda el cáliz y la patena, todo estaba bañado en oro y su costo asciende a los $800 dólares", dijo la feligrés, Telma Chávez,
Las vecinos del templo mencionaron que no escucharon nada, los terrenos son grandes y suponen que el delincuente que hurtó en la iglesia no fue muy ruidoso.
"No se robaron objetos inservibles, sino que es el cáliz, que se ocupan para consagrar la hostia. Nos sentimos tristes porque, quien hizo esto, no tiene temor de Dios, es una falta de respeto a la iglesia", dijo Gloria Isleño, feligrés.
En el puesto de la Policía Nacional Civil (PNC), de San Carlos Lempa, negaron información sobre el hurto en el templo.
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