Cuando el centro escolar Rutilio Grande comenzó a funcionar, los estudiantes de parvularia comían en el suelo, no tenían sillas, mucho menos pupitres, no tenían ni baño, usaban una bacinica. Los maestros y maestras que fundaron la institución, incluso trabajaban ad honorem. Con el apoyo de madres y padres de familia de sus 321 estudiantes, de entre kínder 4 y noveno grado, los docentes protestaron ayer en la mañana sobre el kilómetro 17 de la Carretera Panamericana, porque el Ministerio de Educación (MINED), aseguran, les quiere arrebatar sus plazas.

La escuela, situada sobre la conocida como "Carretera de Oro", en San Martín, fue fundada en 2016 a raíz de la zozobra que vivían madres y padres de familia cada vez que sus hijos tenían que viajar a otra zona aledaña, exponiéndose al crimen organizado, para poder estudiar.

Con esfuerzo, poniendo dinero de sus bolsillos, madres, padres y docentes lograron luego comprar algunas mesas y sillas, poner techo de lámina, construir un baño, improvisar pizarras y conseguir plazas de interinos. Pero afirman que tras años de incertidumbre laboral, no han conseguido estabilidad y han vuelto a la zozobra ante la posibilidad de que otros colegas ocupen sus puestos de trabajo. "El ministerio nos ha venido dando estas plazas como interinos desde 2019, pero este año ha decidido publicar esas plazas, dejando sin empleo a los fundadores de la escuela", señaló el profesor Manuel Molina.

El director del centro escolar, Martín Vásquez, informó que este jueves tendrán una reunión con el titular interino del MINED, Mauricio Pineda y esperan un acuerdo favorable.