
Foto de archivo
Pese a que el avión es uno de los medios de transporte más seguros, a muchas personas les da miedo volar, debido al peligro de que uno de ellos se estrelle, sufra un desperfecto mecánico o se quede sin combustible. Las personas creen que es casi imposible sobrevivir a un accidente aéreo.
Sin embargo, es más probable morir en un accidente de tránsito terrestre que en uno aéreo. De acuerdo con un análisis del periodista estadounidense Ben Sherwood, el índice de supervivencia en 26 de los accidentes aéreos más graves ocurridos entre 1983 y el año 2000, fue del 76.6 %.
Además, el 98 % de los accidentes de avión ocurren durante las maniobras de despegue o el aterrizaje, es decir, durante los primeros tres minutos de vuelo o durante los últimos ocho (esta también es una de las razones por las cuales los aviones no cuentan con paracaídas para los pasajeros). A continuación, algunos consejos en caso de enfrentarte a un incidente aéreo:
No busques un asiento de primera clase, son los más inseguros. De acuerdo con el periódico El Confidencial, un estudio realizado con un Boeing 727 y con muñecos simuladores, demostró que las sillas de las primeras 11 filas se arrancaron de sus puestos durante el impacto. En los que tienes más posibilidades de sobrevivir es en los asientos de la cola, detrás de las alas, y cerca de las salidas de emergencia, aunque casi nadie quiera pagar por ellos.
La Comisión Nacional de Transporte Aéreo de Estados Unidos cree que, dependiendo del tipo de accidente, no hay un asiento mejor que otro. Sin embargo, dos grupos investigadores de ese mismo país realizaron un estudio que arrojaron los siguientes resultados:
Entre más ropa uses, mejor. Así podrás mantenerte caliente en caso de sobrevivir a un accidente o evitar lesiones y quemaduras. Lo más recomendable es usar prendas de lana y algodón, ya que son menos inflamables. Asimismo, ponerse ropa ajustada para evitar que se quede atascada. Si eres mujer ¡jamás uses tacones para viajar!
Es importante que sepas cómo defenderte en el agua, en caso de un amerizaje (aterrizaje en el mar). Para entenderlo mejor, puedes ver la película de 2016 "Sully: la hazaña en el Hudson", protagonizada por Tom Hanks. La historia real ocurrió en el 2009: poco después de despegar, el avión chocó con una bandada de ocas que ocasionaron problemas en las turbinas. El capitán tuvo que aterrizar en el río Hudson y salvó la vida de 155 personas.
Siempre, luego de un fuerte impacto, la presión en la cabina y el oxígeno bajan, así que debes colocarte la máscara de oxígeno tú primero para evitar desmayarte y luego poder ayudar a los demás.
Fíjate bien adonde están las salidas de emergencia y adónde se ubican los chalecos salvavidas y las máscaras de oxígeno.
A pesar de la señal para poder quitártelo, es preferible si lo dejas puesto en caso de una turbulencia muy fuerte. Además, así evitarás experimentar una mayor fuerza durante el impacto.
En caso que el capitán advierta sobre un posible accidente, coloca tu cabeza contra el asiento de adelante, las rodillas unidas y los pies sobre el suelo (Mira el minuto 1:32 del trailer de Sully, colocado arriba). Si no hay un asiento adelante de ti, inclínate hacia adelante sobre tus muslos y coloca la cabeza entre tus rodillas.
Te ayudará a proteger tu nariz y la boca del humo en caso de incendio. Además, mantente muy abajo en el avión para colocarte debajo del nivel del humo.
Definitivamente esto es lo más difícil, pero si consigues mantener la calma, podrás pensar con mayor claridad y tomar una decisión rápida, que podría salvarte la vida. Corren menos de dos minutos para que puedas salir del avión antes de que estalle en llamas.
¡Déjalas! El tiempo que te tardes en agarrarlas podría servirte para huir del aparato y agilizar la evacuación.
Si lograste salir del avión, corre lejos, al menos unos 200 metros. Recuerda que puede producirse una fuerte explosión. Luego espera a los rescatistas.
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