La tormenta tropical Harvey ha cumplido con su amenaza destructiva y está produciendo “inundaciones sin precedentes” en el sureste de Texas, que en el caso del área metropolitana de Houston han llegado a más de 1 metro de acumulación de agua.
Según informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos en su boletín de las 21.00 GMT, Harvey, que el sábado se degradó a tormenta tropical, continúa con vientos máximos sostenidos de 65 kilómetros por hora, pero arrojando aún torrenciales lluvias y ocasionando “inundaciones sin precedentes”.
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El centro meteorológico señaló que el ojo del ciclón se halla 35 kilómetros al noroeste de Victoria, Texas, estado en donde de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) estadounidense, el ciclón ha dejado al menos cinco víctimas mortales y decenas de heridos.
Precisamente el NWS ha calificado a este ciclón de “catastrófico” y “más allá de cualquier experiencia”, y pronosticó que partes de este estado acumularán hasta 50 pulgadas (1.2 metros) de lluvia, probablemente el registro más alto de su historia.
Harvey, que el viernes por la noche tocó tierra en Texas como huracán de categoría 4, continúa con su lento desplazamiento de 4 kilómetros por hora con dirección sureste, lo cual mantiene su capacidad de destruir zonas a su paso en tierra.
El más poderoso en 12 años
Los pronósticos del CNH apuntan a que el ojo de la tormenta abandonará tierra hoy y que luego se mantendrá casi estacionaria frente a las costas de Texas.
La franja que va desde Port O'Connor hasta Sargent, en Texas, se halla bajo aviso de tormenta tropical, mientras que desde el norte de Sargent hasta el Paso de San Luis se ha emitido una vigilancia de tormenta tropical.
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Harvey, el huracán más poderoso que llega a Estados Unidos en 12 años, tocó tierra en Rockport sobre las 10 de la noche, con vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora.
La situación catastrófica que ha producido desde entonces ha motivado que, según anunció ayer la Casa Blanca, el presidente Donald Trump vaya a viajar mañana al estado de Texas para evaluar los daños del potente sistema ciclónico, el primero que enfrenta durante su mandato.
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