Necesitamos despojarnos de cadenas.
Es un alivio quererse y que te quieran.
En este mundo de vicios y vacíos,
faltan gestos de amor puro,
que nos unan y reúnan y reactiven
la paz que buscamos en cada pulso.
Que con el amanecer del nuevo año,
germine un naciente despertar,
donde cada uno reflexione sobre sí
y los demás, sobre lo que somos
y sobre lo que podemos ser mañana.
En este vivirse y desvivirse por vivir,
hay que poner la mente a servir a todos construir la paz.
Hay que ponerse manos con manos
a levantar el amor que el mundo ha desterrado de los días.
Nunca es tarde para ponerse a amar.
¡Feliz año 2013!
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