No me gustó la respuesta, pero seguimos con la conversación y ambos hicimos el siguiente ejercicio: le preguntamos a cuatro personas sobre aspectos históricos relevantes de nuestro país.
Por ejemplo: ¿Dónde nació Monseñor Romero, el futuro beato salvadoreño? ¿Quién fue el coronel José Arturo Castellanos? ¿En qué año sucedió la guerra contra Honduras? ¿Cuánto tiempo duró la guerra civil entre el gobierno y la guerrilla de nuestro país?
Lastimosamente nos dimos cuenta de que no sabían la respuesta a esas interrogantes, pero sí sabían de novelas, de jugadores de la liga española, de actores de Hollywood y hasta de músicos y cantantes internacionales.
Este ejercicio nos muestra el miedo que gran parte de salvadoreños le tienen a los libros y nos confirma que muchos de los nuestros viven aferrados a un mundo de fantasías y no hacen por conocer nuestra realidad nacional y social.
Mientras no conozcamos nuestra cultura e identidad, no encontraremos el verdadero sentido de ser salvadoreños y no encontraremos el rumbo adecuado para el país.
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