
Los diarios de las suicidas Silvia Plath y Alejandra Pizarnik, por ejemplo, fueron descubiertos por sus familias y editados en el peor sentido posible, es decir, censurándolos y cortándolos.
Jacinta Escudos
La reciente publicación del libro Lo que fue presente (Diarios 1985-2006), del escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, me dejó pensando en lo que me parece es un tipo de género literario que iremos viendo cada vez con menor frecuencia: los diarios personales.
He sido lectora de diarios de escritores desde hace años, porque busco en ellos la tribulación compartida de un oficio ingrato y poco estimado. Conocer algo de la vida o la manera de pensar y reaccionar del escritor en su entorno cotidiano, puede dar elementos para comprender o valorar aún más su obra.
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