
El ajetreo del siglo XXI, con las expectativas del trabajo, la familia y hasta de nuestros teléfonos de estar siempre presentes, siempre alerta, siempre disponibles a muchos nos dejan exhaustos. ¿Será que estamos experimentando niveles de agotamiento sin precedentes?
>En "Agotamiento: una historia", el escritor Philip Ball emprendió un viaje para descubrir y trazar la olvidada historia de la apatía y la fatiga, desde los monjes que vivían en el desierto hasta el mundo laboral actual.
>Resulta que estar exhausto no es nada nuevo.
Sigue leyendo para enterarte de algunos datos curiosos sobre el cansancio a lo largo de los siglos con los que se topó... si tienes energías para hacerlo.
La preocupación por el agotamiento se remonta a la antigüedad griega. En la edad de oro griega de los siglos V al III a.C., la mayoría de los médicos creían que nuestra salud estaba gobernada por un equilibrio en cuatro fluidos llamados humores que circulaban por el cuerpo: sangre, bilis negra y amarilla y flema.
>Varios siglos después, el famoso médico griego Galeno todavía atribuía el agotamiento a un desequilibrio en estos humores.
>"Pensó que el agotamiento era causado por un exceso de bilis negra, y que el cuerpo estaba tratando de quemarla y que el polvo se elevaba desde el estómago hasta el cerebro, literalmente nublando la visión del mundo de la víctima", explica Anna Katharina Schaffner, quien escribió una historia del agotamiento.
>En el siglo IV d.C., los primeros monjes y monjas cristianos vivían a menudo vidas solitarias en comunidades monásticas en la naturaleza del norte de Egipto.
>A pesar de que lo que deseaban era una vida espiritual de contemplación, es justo decir que sentirse aburrido y apático no era raro.
Los sentimientos de letargo eran vistos como un peligro espiritual que hasta tenía un nombre: "Acedia" .
>"Acedia se refiere a una fuerza demoníaca que viene en medio del día", dice el profesor de historia Andrew Crislip.
>"Llegó a tener el apodo entre los cristianos: 'el demonio del mediodía'".
>El expositor más famoso de este malvado sentimiento fue un monje llamado Evagrio Póntico, o Evagrio el Monje, también apodado El solitario (345-399). Incluso desarrolló un sistema de asesoramiento y psicología para atender a las personas que sufrían de acedia.
>En el año 375 d.C., Evagrio desarrolló una lista de ocho malos pensamientos, u ocho terribles tentaciones, de todos los muelles de conducta pecaminosos.
Esos ocho males se transformaron en la Edad Media en los siete pecados capitales .
>La lista se redujo porque Gregorio Magno (o San Gregorio) combinó la acedia con tristitia (tristeza) y el resultado fue el pecado de la pereza.
>Cuando esa apatía espiritual pasó a llamarse "pereza", lo que se empezó a juzgar fue si estabas trabajando lo suficiente para tu propia salvación. Estar exhausto, y por lo tanto inactivo, era visto como una falla moral.
>El Renacimiento trajo otra opinión. El filósofo italiano Marsilio Ficino creía que había una superposición entre el agotamiento y lo que ahora llamaríamos depresión.
>"Generalmente lo llama melancolía , que es un desequilibrio de los humores en el cuerpo y causa pesadez, frialdad, letargo, miseria", señala Valery Rees, un historiador del Renacimiento que ha traducido las cartas de Ficino.
>Como se pensaba que los humores se veían afectados por las fuerzas celestiales, para Marsilio, el planeta que causaba melancolía era el frío y lento Saturno.
>En el siglo XVIII, el agotamiento se empezó a considerar como un resultado médico de deficiencias espirituales o morales relacionadas con el sexo.
>Los síntomas de letargo y cansancio eran vistos como evidencia de degeneración sexual .
>Los médicos llegaron a vincular el agotamiento con las actividades sexuales inadecuadas y advirtieron sobre los peligros de ese tipo de comportamiento.
En el siglo XIX, los vampiros entraron en la cultura popular y fueron vinculados al agotamiento.
>El profesor Nick Groom, de la Universidad de Exeter, señala que en cuentos góticos como "Carmilla" y "Drácula", las víctimas de los vampiros se vuelven lánguidas, agotadas, desganadas y demacradas .
>"Lo que vemos es la ciencia médica tratando de darle sentido a los síntomas del cansancio y luego proyectando estos síntomas inmateriales en una figura", explica.
>Pero estas historias de vampiros también proporcionaron una lección moral. Existe la sensación de que los seductores encuentros entre los vampiros y sus víctimas femeninas eran una advertencia sobre los riesgos de participar en actividades sexuales ilícitas.
>Los médicos decidieron que el agotamiento tenía que ver, no con sangre, sino con nervios.
>Todavía tenemos esta asociación hoy: sentirse sin fuerzas es estar debilitado, que viene del latín enervāre o enervado: sin nervios .
>En la década de 1880, un médico estadounidense llamado George Beard popularizó un nombre para esta afección: "neurastenia" . En opinión de Beard, los nervios se debilitaban si estaban bajo demasiada tensión por pensar demasiado.
>Su neurastenia fue vista como una aflicción de personas sensibles, creativas y refinadas que habían hecho demasiado trabajo intelectual; estar cansado se convirtió en una distinción social.
>Bajo esa lógica, se consideró que las personas que llevaban vidas mentales poco exigentes, como los trabajadores manuales, no sufrían agotamiento.
Y tampoco era un problema para las razas no europeas, pues se pensaba que no tenían el mismo refinamiento mental.
>El cansancio se convirtió en un vehículo para apuntalar los prejuicios sociales y el status quo , incluido el colonialismo.
>El agotamiento también se convirtió en un problema de género.
>En 1874, el psiquiatra británico Henry Maudsley escribió que todos tenemos una cantidad limitada de energía corporal y que la energía de las mujeres se centraba principalmente en su sistema reproductivo, ya que esta es su función principal en la sociedad.
>Según Maudsley, las mujeres que malgastaban sus energías en actividades como leer, escribir y estudiar probablemente obstaculizarán sus habilidades reproductivas.
>Algunos médicos advirtieron que las mujeres que salían, usaban sus mentes o -Dios no lo quiera- trabajaban, sufrirían terribles consecuencias físicas, incluso la muerte .
>Según el enfoque psicoanalítico del agotamiento de Sigmund Freud, es la civilización misma la que mina nuestra energía.
>Freud argumentó que solo vivir en una cultura civilizada podía ser agotador porque gastábamos mucha energía reprimiendo todos nuestros deseos, opiniones y deseos socialmente inaceptables.
>Además se nos iba mucha energía en conflictos internos: el ello, el yo y el superyó se mantenían en una lucha constante dentro de nosotros.
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