Carlos Melgar es amante del surf y del patinaje, y su apodo es The Thrasher, igual que el autobús de su propiedad que maneja desde la residencial Santa Elena, en Antiguo Cuscatlán, hasta el centro de San Salvador. 

Con un motor Cummins y capacidad para 65 pasajeros, Carlos maneja su bus a media velocidad, amenizado con la intensidad de dos bocinas de gran capacidad que hacen recordar a los ochenteros y noventeros los éxitos musicales de esas décadas doradas del grunge, el rock alternativo, el pop rock, entre otros característicos de entonces.

El autobús, en perfectas condiciones de pintura, llantas, carrocería y muebles, está decorado en todo su interior con calcomanias de marcas de ropa, zapatos y de equipo para practicar surf y skater.

Desde el parabrisas hasta la parte trasera del "chuzón", hay calcomanías de marcas como Vans, Etnies, Real, Supera, Gravita y NS, entre otras. Carlos es el dueño de autobús de la ruta 34 y dice que, al no haber trabajo, él mismo lo conduce y a la vez se ahorra el pago a un motorista.

"Lo manejo yo y me ahorro el pago. Además no hay trabajo en El Salvador", remata. El recorrido de unos 9 kilómetros ni se siente con las mezclas ochentas, noventeras y hasta setenteras.